“Una gran obra no necesita ser colosal
para que se vea, las cosas más pequeñas de la vida pueden ser un legado de un
momento de majestuosidad”
Luis Carrillo
Quisiera compartir una extraordinaria
historia sobre una mujer que se encargó de dejar un gran legado y demostró una
vez más que para inspirar e influenciar a otros no es necesario poseer un título,
cargo o posición social; su nombre Oseola McCarty murió en el año 1.999
a los 91 años de edad en Mississippi, experimentó una vida difícil y llena de
perdidas, cuando estaba en sexto grado tuvo que dejar la escuela debido a una
enfermedad de su tía quien necesito de cuidados especiales en casa, tiempo después
pasó a lavar ropa como su abuela y lo hizo hasta que la artritis la forzó a
dejarlo en el año 1.994; prácticamente este fue el único oficio durante toda su
vida, nunca se casó y escasamente salía de casa para hacer algunas compras de
mercado y asistir a la iglesia, ¡nada más! sin embargo fue honrada por líderes
mundiales, se reunió con Primeros Ministros y Presidentes e incluso obtuvo un
doctorado honorifico de la Universidad de Harvard.
Me imagino que te debes estar
preguntando cómo fue posible ¿verdad? Su historia es esta: desde muy joven tomaba
las monedas de cinco y diez centavos que ganaba lavando la ropa sucia de otras
personas; cada día iba al banco y hacía esos abonos “insignificantes”,
(imagínate cuando tienes en tus manos una moneda con una nominación de poco
valor) así pasaron los días, semanas y años; antes que se diera cuenta ya estaba
en los años finales de su vida, un día a sus 87 años fue al banco sonriente
como era su costumbre; el funcionario que le atendía le pregunto si tenía
alguna idea de cuánto dinero ella había acumulado, a lo cual respondió en
negación, cuando le informaron que había acumulado un cuarto de millón de
dólares y le preguntaron cómo deseaba utilizarlo ella no supo responder de
inmediato, puesto su sencillez y desapego al dinero no le permitía dimensionar
el valor del mismo; el funcionario tuvo una idea y saco diez monedas
poniéndolas en el escritorio, le dijo que esas representaban el dinero que tenía,
volvió a hacer la pregunta que deseas hacer con él?
Ella se pauso, luego apunto a la
primera moneda y dijo me gustaría que se diera a la iglesia, luego las
siguientes tres monedas dijo quiero que se le entregue a mis sobrinos y primos porque
los quiero mucho, luego una sonrisa vino a su cara, señalando las seis
restantes dijo tengo algo especial en mente para esas, un mes después la universidad local de su ciudad recibió un
cheque de 150.000 USD con una nota adjunta que decía: “Quiero que organices una beca para los afroamericanos pobres que todavía
siguen soñando, que sueñan con ser poetas, estudiantes, astronautas, y
filósofos, enfermeros, profesores en este mundo que ha olvidado como soñar”.
Una vez alguien le pregunto a Oseola cuál
era su sueño, a lo cual ella respondió: bueno soy una mujer vieja probablemente
no lo vea suceder pero me encantaría ver el primer becario graduarse antes de
morirme; en efecto un mes antes de su muerte el primer becario camino por la plataforma
de graduación. Luego de su muerte un reportero le dijo al estudiante si se había
enterado de su muerte, preguntándole si tenía algún comentario, a lo que el
estudiante respondió sí: “El cielo no
puede tener un mejor ángel, ella fue mi inspiración, fue una bendición, y un
verdadero tesoro en la tierra”
Recién terminas de leer estas líneas sigues
creyendo que ¿no puedes inspirar y ser bendición para alguien más? Y no estoy
hablando de dinero, aunque si Dios te bendice económicamente es bueno que
bendigas a otros con tus aportes; me refiero a todas las acciones por más “insignificantes”
que parezcan pueden llegar a convertirse en resultados asombrosos y valiosos
para otros. No te subestimes ni tampoco a tus actos, cada uno de ellos puede
representar una magnífica oportunidad en el futuro para traer bendiciones a los
demás.
Por último quiero compartirles como supe
de esta historia: fue por un seminario que tome de Robin Sharma, experto en
liderazgo y desarrollo personal (si tienen oportunidad de leer sus libros son
100% recomendados) gran parte de la información de este post fue obtenida en el
mismo, y algunos datos informativos de la web de Wikipedia.
" Y todo lo que hagaís, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres"
Colosenses 3:23
" Y todo lo que hagaís, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres"
Colosenses 3:23